Una vez que empezamos a estudiar Medicina Energética (durante el periodo etiquetado «de enfermedad») nos dimos cuenta que el polyester ocasionaba que mi prueba energética saliera débil. Esto quiere decir que el polyester ocasionaba una distorsión energética en mi sistema. Obviamente teníamos tantas cosas que trabajar y balancear que esta alergia al polyester no era una de nuestras prioridades.
Recuerdo que en una ocasión compré una playera «orgánica» que no era algodón y me la puse para ir de compras. Llegó un momento en que sentía que la playera me estaba quemando y no podía respirar, pensé que me iba a desmayar. Fue tanta la desesperación que entramos a una tienda, compramos una playera de algodón, y me la cambié ahí mismo. El alivio fue inmediato.
Ahí fue cuando revisamos mi ropa y decidí solamente usar ropa de algodón que me probara energéticamente «fuerte». Adentro de mí pensaba que mi cuerpo tenía una razón para haber reaccionado en contra de este elemento (polyester) y que sería positivo para mi recuperación honrar esta reacción. Adiós a mis playeras de alta tecnología para mantenerse seco al hacer ejercicio (de todos modos no podía hacer ejercicio alguno durante este periodo bajo en sangre), algunos sweaters, e incluso calcetines para el frío tuvieron que ser guardados.
Esta reacción llegó a tal grado que se presentaba al cargar a mi hijo cuando él usaba piyamas de polyester (que son las más calientitas). Por ello David también comenzó a usar en su mayoría ropa de algodón.
Me acostumbré a mi ropa de algodón. En algún momento hace varios años intentamos liberar este problema con EFT. Hicimos una sesión y no lo conseguimos. No fuimos constantes y en ese tiempo no encontramos la causa.
Un día hace algunos meses estábamos desayunando y Klau me dijo «me llegó una idea, ¿puedo intentar algo?». Se acercó puso sus manos en mí e hizo su magia. Efectuó lo que llamamos una extracción energética. Después de no más 3 minutos se fue a la sala de televisión y trajo la cobija de polyester que está ahí para cuando ella tiene frío. Me la colocó alrededor, cosa que yo nunca hacía porque sentía la reacción de mi cuerpo contra su composición, y nada… NADA no había reacción alguna. Prosiguió a probarme energéticamente mientras yo abrazaba la cobija. Mi prueba se mantuvo fuerte. La reacción al polyester que llevaba años conmigo, se había solucionado básicamente en un abrir y cerrar de ojos.
Estos resultados maravillosos no suceden todas las veces, pero cuando se encuentra la raíz del desbalance a nivel energético y es el momento indicado para dejarla ir, cosas fantásticas pueden suceder. Lo importante es estar abierto al cambio y tratar diversas cosas.
Hay veces que uno necesita que el cambio sea un proceso paulatino en el cual se van solucionando diversos aspectos del problema poco a poco hasta llegar a la liberación total. Otras veces esto no es necesario. Es el cuerpo del cliente y su estado energético el que decide lo que sucederá y lo que nos presentará para ser sanado en la sesión. Nosotros simplemente facilitamos la transformación.
Desde esa mini sanación puedo estar en contacto con el polyester sin reacción alguna. Tengo la opción de usarlo o no, lo cual me da libertad de elección.
Me encanta esto de la energía.