De «Los Yo No´s» a la Curiosidad

¿Cuántas veces al día, a la semana o al mes, nos cachamos diciéndonos «yo no sé…», «yo no puedo..», «yo no soy bueno para esto»? yo no, yo no, yo no…

Cada vez que repetimos «yo no» estamos creando o fortaleciendo en nuestra mente una identidad que impone limitaciones. Incluso aquellos «Yo no´s» que parecieran inocentes, como el «yo no pregunto cómo llegar a un lugar», fortalecen la identidad del «yo no».

El problema con esto es que vamos cerrando puertas y ventanas a opciones, ademas de limitar nuestro posible crecimiento en diversos aspectos de la vida.

Esta práctica se convierte más impactante cuando tiene que ver con aspectos importantes en nuestra vida

  • «yo no soy bueno para los negocios»
  • «yo no soy buen padre/madre/hermano/hijo»
  • «yo no soy bueno para las finanzas»
  • «yo no merezco ser amado/feliz»
  • «yo no merezco______________»

Entender la importancia de estar consciente del impacto de estas frases es el primer paso para cambiar. El mundo exterior e incluso nuestras emociones actúan como estímulos para que el subconsciente corra sus programas automáticos, nuestras acciones y pensamientos, con el tiempo, van generando estos programas. ¿Quieres tus programas que te apoyen a crecer o que te limiten?

Si decimos el mismo «yo no» suficientes veces acabaremos creyendo que es cierto, es más, lo haremos que sea cierto, al menos en nuestro mundo y percepción.

Moran Cerf, un Neuro-científico y profesor de Negocios, comenta en una de sus entrevistas, que nuestro cerebro hace correlaciones estables después de 8 repeticiones y en ciertas situaciones el número puede disminuir hasta 3 repeticiones. Esto quiere decir que con 3-8 veces que nos digamos que no somos buenos en algo ligado a una acción nuestro subconsciente lo guardará como programa que estará disponible para el futuro y será activado por situaciones externas o pensamientos internos.

Es fascinante como la reacción y la programación de estas frases no necesariamente es personal sino que puede activarse en otras personas. A lo que me refiero es cómo actúan y te perciben las personas en tu entorno cuando repetimos estas frases. «Yo no soy bueno compañero», automáticamente las personas en tu entorno te catalogarán y creerán eso como una verdad. ¿Crees que te preguntarán cosas relacionadas al respecto? Si algún día cambias y realmente eres buen compañero tendrás más trabajo para cambiar las realidades de las personas que están a tu alrededor.

Una aspecto fascinante es que además de lo que decimos, para que el mensaje sea coherente, debe de estar acompañado con una emoción o sentimiento similar o por lo menos no activar una reacción contradictoria. Si digo «Yo soy experto en Ajedrez» pero mi cuerpo sabe que no es cierto, aunque lo repita varias veces, no quedará grabado pues hay una desconexión entre lo que estamos diciendo y lo que creemos y sentimos suficientemente fuerte para que el activar el sensor de «falla» en las señales. En este caso, estamos fortaleciendo cualquiera que sea la reacción emocional obtenida al decir esa frase. Es ahí donde está el reto de encontrar la manera adecuada de programar mensajes positivos. Ya hablaremos en otro escrito de la importancia de estas reacciones cuando decidimos utilizar afirmaciones.

¿Qué pasaría si utilizamos constantemente este poder de correlacionar para ayudarnos a transformar nuestras vidas?

Déjenme compartir un de técnicas para comenzar el cambio sin activar un rechazo inconsciente. En lugar de decir «yo nos soy bueno con las computadoras» puedes cambiar la frase a «me gustaría aprender de computadoras». Esta frase activa la curiosidad y causa emociones positivas. El subconsciente no lo rechazará y tampoco estamos generando una identidad limitante al respecto.

En lugar de decir «yo no sé ajedrez» o incluso «soy experto en Ajedrez» (si esto último genera una reacción interna de oposición) si me preguntan si sé jugar ajedrez, puedo decir «Estoy aprendiendo Ajedrez», «Cada que juego Ajedrez aprendo estrategias nuevas», «Estoy mejorando en mi juego de Ajedrez». ¿Se dan cuenta como el cambio de palabras nos ayuda a eliminar la resistencia a nuestros mensajes y abre la puerta para crecer?

La segunda técnica es la pregunta. Si nuestra reacción interna al decir «Me siento con vitalidad» es, no es cierto, estás cansado y deberías a acostar. Uno puede decir «Me pregunto que sentiría si tuviera vitalidad». Una vez más, aunque esta frase realmente está diciendo «No tengo vitalidad ahorita», la estamos convertimos en una frase positiva que abre la puerta a nuestro cuerpo y mente a comenzar a pensar en vitalidad y «tal vez» sentirse vital.

Uno también puede utilizar «La Prueba Energética» para identificar patrones limitantes establecidos y utilizar herramientas avanzadas de consciencia para disolver estos patrones limitantes, establecer patrones opuestos y positivos. Este proceso de transformación abre la puerta a las posibilidades infinitas que están a nuestra disposición a todo momento si sabemos como accesarlas.

En resumen

  • Identifica las áreas dónde se encuentran tus «yo no´s»
  • Establece una lista de frases alternativas para contrarrestar programar esta negación limitante y cada que vayas a decir «yo no…» substitúyela por una frase alternativa.
  • Utiliza la curiosidad y la pregunta para ayudar a navegar las aguas de los «yo no´s»
  • Crea un habito para escuchar a nuestra constante platica interna buscando los «yo no´s» y cambiándolos por «tal vez» o «si´s» o «me pregunto si…».

Comparte con nosotros tus dudas y comentarios.

Acerca de El Bernie

Hace unos años una “desviación” en el camino de la vida los llevó (a su esposa Klau y a él) a investigar un laberinto de opciones fantásticas, interactuando y aprendiendo de curanderos, sanadores, chamanes, “maestros”, libros, videos y, sobre todo, de ellos mismos enseñanzas increíbles que, seguramente al escucharlas, podrían confundirse con cuentos mágicos de ficción desarrollándose en realidades alternas y muchas veces en universos paralelos. Cada enseñanza y personaje (real o “imaginario”) iba expandiendo los límites de lo que consideraban posible o real, cambiando, definitivamente, la manera de percibir e interactuar con el mundo, al mismo tiempo que su cuerpo y espíritu iban sanando. Las enseñanzas aprendidas a partir de ese hecho hicieron que ese episodio, muy difícil en su momento, pasara de ser uno de los momentos más aterradores de sus vidas (incluyendo a sus familias y amigos) a una de las mayores bendiciones recibidas. Desde entonces “El Bernie” se convirtió en un aficionado de la vida e incansable explorador de la conciencia personal y general. Gerente de Ingeniería en Aviónica de día, juega a diseñar y a arreglar simuladores de vuelo para, en su tiempo libre, dedicarse a su familia, meditación, Qi-Gong, Medicina Energética (de diversos colores y sabores), sanación, cursos y a escribir.
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