Ayer tuve la oportunidad de experimentar cómo el mundo puede ser tan fluido y nuestras historias pueden cambiar instantáneamente. Saliendo de la terminal en Dulles el piloto informó que habría un retraso de 1 hora antes del despegue. Esto pondría en riesgo mi conexión en Chicago y con ello mi llegada a tiempo a mi destino final. Era hora de confiar en que todo lo que todo sucedería lo mejor posible.
Durante el vuelo afortunadamente hubo viento a nuestro favor y llegamos solamente 15 minutos tarde por lo que había tiempo suficiente para comer y tomar mi siguiente vuelo. En los monitores decía que mi vuelo saldría por la puerta F12. Estando en la sala F12 hubo un cambio en el monitor y mostraba que la salida del siguiente vuelo sería a Kansas City. Fui a ver el monitor de salidas nuevamente y esa vez mostró mi vuelo en la puerta F11b, la cual estaba localizada en el piso inferior. Bajé las escaleras y no había anuncio de mi vuelo, faltaban 10 minutos por lo que le pregunté al encargado en el escritorio el cuál me dijo que tomara asiento, “estas en el lugar correcto” dijo. Esperando mi vuelo llegó una familia corriendo y desafortunadamente perdió su vuelo y tendrían que esperar hasta el día siguiente. Ahí fue cuando llegó la corazonada de ir a preguntar nuevamente para no repetir la historia de la familia. El señor encargado se molestó conmigo por preguntar nuevamente, pero esta vez me dijo que mi vuelo estaba saliendo de la terminal F12 y me perguntó porqué estaba ahí… Pero.., él mismo me acababa de decir que estaba en la terminal correcta ¿¡?. Subí, llegué a la puerta F12 y para ese momento ya habían pasado por lo menos 5 minutos del inicio de abordaje.
Estoy seguro que El Universo estaba jugando conmigo. Al preguntarle a la persona en la puerta F12 me dijo, lo siento el avión ya ha despegado. En ese momento sentí un «parpadeo» en el tiempo difícil de describir. Volví a preguntarle, y me dio una respuesta diferente: En 5 minutos comenzaremos el abordaje. ¿¡Qué pasó,!? No lo sé.
Qué interesante historia, sobre todo una vez estando en mi destino final. Si no me hubiera movido de la puerta original hubiera sido un viaje sin emociones, pero por el contrario tuve un periodo de tensión, incertidumbre y confusión.
Recapacitando en lo sucedido creo que la intensión de este viaje era mostrar como la percepción de un suceso y nuestras reacciones pueden cambiar el rumbo de un viaje común y corriente. Veo las diversas posibilidades de este viaje, desde haberme sentado a esperar en la primera sala y salir sin contratiempo, hasta haber perdido el vuelo por haberle creído al personal de la aerolínea y haber esperado el vuelo en la sala equivocada si no le hubiera hecho caso a mi corazonada.
Decisiones, percepciones, el mundo es fluido y nosotros creamos por lo menos, a cierto grado, nuestra realidad. ¿Cómo quieres tu mundo que sea?
Realmente, es importante escuchar los mensajes que nos avisan cuando es conveniente realizar un cambio en las decisiones que hemos tomado, para así evitar un hecho funesto. Ojalá escuchemos, confiemos y actuemos en consecuencia para llevar a felíz término nuetros propósitos. Gladys