La tercera ley de Newton nos dice que si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza (acción), éste reacciona contra aquél con otra fuerza de igual valor y dirección pero en sentido contrario (reacción). Muchas veces esta ley parece estar influyendo nuestro comportamiento. Uno puede observar que una «acción» como lo es hacer un comentario (generalmente no positivo) provoca en la otra persona una reacción interna o externa casi instantánea. Si esta ley Newtoniana realmente gobernara nuestras relaciones uno esperaría obtener el mismo resultado sin importar los participantes en el experimento pero, sin duda, esto no es el caso. La pregunta que surge entonces es ¿Porqué unas personas reaccionan a un mismo comentario mientras otras no lo hacen?
Antes de intentar proponer una respuesta a la pregunta anterior me gustaría contarles lo que ha sucedido en las últimas semanas. Durante los últimos dos fines de semana tuve la oportunidad de tomar un par de cursos muy interesantes con alguien por demás peculiar. Uno de los cursos trataba de la importancia de «estar» en el corazón y cómo utilizar este espacio para navegar el mundo y tomar decisiones. La segunda parte del primer curso se enfocó en relaciones y patrones ancestrales. Hubo ejercicios en los cuales se mostraba cómo los patrones energéticos personales «atraen» o «alejan» a otras personas y en qué se fundamentan las relaciones saludables y las no saludables. Se habló de la importancia de estar centrado y aprender a reconocer las emociones propias de las ajenas ya sean «proyectadas» o simplemente captadas por uno. Cuando uno no está centrado hay demasiada interferencia para poder discernir si lo que uno siente es propio o no.
El trabajo de Mark Dunn se basa en el reconocimiento de patrones de consciencia que se forman y/o alimentan de energías o frecuencias altas y bajas. La combinación de frecuencias altas y bajas en un patrón generan una «pila» que le da fuerza y lo activa. Es por ello que «nuestro trabajo» es buscar estos patrones y, al entrar en un estado alterado de consciencia, separar las frecuencias para desactivar estos patrones y acercarnos poco a poco al verdadero «YO».
El segundo curso fue una introducción a los patrones de consciencia colectiva y cómo uno, al ser parte de ella, la alimenta de una u otra manera. Se hicieron ejercicios en los que se desactivaban pilas en patrones energéticos y las personas simplemente dejaban de reaccionar a los mismos estímulos. Los participantes fuimos cambiando y cada uno se sentía y percibía más auténtico con el paso del tiempo.
Uno de los temas que más resonó conmigo fue el relacionado con relaciones y proyecciones . Hay muchas técnicas y modalidades que hablan de este tema; la manera en que Mark presentó este tema simplemente me permitió entender las proyecciones en otra dimensión.
Antes de estos cursos mi nivel de comprensión en el tema de las proyecciones estaba basado en el lenguaje, la observación de las reacciones de los demás y lo leído y aprendido en cursos previos. El problema que veía en ese modelo es que nos daba la posibilidad de evadir nuestra participación en el asunto atribuyendo la responsabilidad de la reacción solamente a la otra persona. «Te estas proyectando». A pesar de esa limitación encontraba algo de verdad en el hecho de la existencia de las proyecciones.
En este curso se mostró como para que haya reacciones intensas en una conversación es necesario una interacción mutua de energía (las palabras son lo de menos, aunque muchas veces describen lo que esta sucediendo en niveles más sutiles). Esta reacción es el resultado de la creación de una batería en la que una persona está proporcionando una frecuencia alta y otra persona la frecuencia baja. Esto genera una corriente y cuando hay conflicto uno reacciona a ello. Muchos patrones de la consciencia colectiva se generaron a base de violencia y guerra y se nutren de este tipo de intercambios a nivel personal, grupal, y mundial. Lo interesante es que Mark podría decirte «eres muy inteligente» y uno sentir la necesidad de reaccionar. ¿Porqué? porque el mensaje real enviado a niveles sutiles era todo lo contrario aunque por el lenguaje y entonación era imposible darse cuenta de ello. El ejemplo anterior muestra la importancia de ser coherente con lo que uno siente, piensa y habla. Por otro lado podía decir comentarios «rudos» sin ocasionar reacción alguna, simplemente las palabras no llevaban la energía necesaria para generar la «pila» y por ende la reacción, el llama a esto hablar desde «la verdad». Después de observar esto soy un ávido practicante y observador de lo que sucede a mi alrededor a diferentes niveles.
Para que la pila funcione en los patrones de consciencia colectiva es necesario que exista una víctima y un perpetrador. Es aquí donde el modelo de «pilas» y frecuencias se conjuga con el de víctima – perpetrador para generar una imagen más completa de lo experimentado en el curso.
Y aquí esta mi respuesta a la pregunta inicial. Durante los cursos me di cuenta que para que haya una acción y reacción o incluso lo que muchas veces creemos que es una proyección es indispensable que las dos personas tengan cierto intercambio de energía generando un circuito y por ello pilas. Es por esto que realmente «la reacción y proyección» fue creada por todas las partes involucradas y uno no debe negar su participación creyendo simplemente que el comentario recibido fue una proyección. Si el mismo comentario se hace a una persona que no esta involucrada con esos flujos de energía simplemente no hay reacción.
Mediante la intención uno puede parar el flujo de energía en este circuito y por ende evitar la reacción. Como Mark comenta esto no es algo que uno pueda hacer todo el tiempo sin antes embarcarse en un viaje de auto-conocimiento, limpieza energética y reconstrucción.
Es fascinante «observar» la interacción humana desde un lugar donde el lenguaje verbal y corporal son solamente una parte de la interacción total entre los seres humanos. Mark sin necesidad de hablar ni cambiar su expresión facial simplemente «proyectando» patrones podía hacernos sentir confundidos, enojados, tristes o con miedo. Esta última experiencia es difícil de explicar pero creo que es importante compartirla como una posibilidad para abrir otras puertas.
¿Qué opinas?
Hola!! Me encantó este articulo. Donde podria aprender más de este tema?
Con gratitud;
Annette
Hola Annette,
Muchas gracias por tu comentario, la página de internet de Mark Dunn es
http://conscioussystems.net/
Yo he aprendido la importancia de estar en el espacio del corazón de varios otros maestros y experimentación propia. Debo decir que la manera de presentarlo de Mark ha sido muy diferente y me ayudó a integrar las piezas de mi rompecabezas de consciencia.
Hay otro maestro de consciencia muy bueno que se llama Alain Herriot, también hemos aprendido mucho de él. Sus enseñanzas son diferentes.
Yo seguiré escribiendo de mis experiencias y otros conceptos que Mark presentó obviamente no hay nada mejor que experiencia propia.
Si tienes otras preguntas no dudes en dejar otro comentario.
Saludos
El Bernie.
Pingback: No podemos excusarnos | porquenohoy
Yo creo que ambas están fuertemente entrelazadas. Por ejemplo: la impresión que tenemos de una persona es una proyección de nuestras expectativas, experiencias previas, etc. Es decir, la imagen que tenemos de otros es una proyección de nuestro interior. Por supuesto esta proyección no existe en el vacío: hay algo en la otra persona que provoca dicha proyección. Lo mismo ocurre con nuestras interacciones diarias, nuestros problemas diarios, con la vida misma.
Lo que me parece importante rescatar de las proyecciones es que no podemos perder de vista que son eso, proyecciones. Independientemente de la interacción de energía con el otro, nuestra interpretación ES UNA PROYECCION. Dicho con otras palabras: nuestros juicios y creencias NO son la realidad.
Si alguien nos dice «te estás proyectando» la respuesta honesta es «¡por supuesto!» (y de ahí seguiría una meditación para ver qué es lo que estoy proyectando en el otro ;))
Ahora, como mencionas, lo bello del asunto es que, en una interacción, con que uno de los dos cambié, la interacción cambia, y con ello nuestra proyección del otro, y lo que el otro proyecta en mi 🙂