En la última conferencia del curso de CMR (no puedo creer que estemos tan cerca de terminar) Luis hizo un comentario sobre mi «tarea», y es que tengo que trabajar sobre esta creencia de que las cosas tienen que ser difíciles.
Esta es mi investigación:
¿Cómo ha afectado mi vida?
Creo que esta es la parte más curiosa de esta creencia: durante mis años escolares y al principio de mi vida laboral todo fue muy fácil. De hecho, lo difícil para mi era sacar una mala calificación (y lo intenté, en serio… y aún así saqué mención honorífica). Todo esto entra en conflicto con la creencia de que «hay que trabajar duro, las cosas son difíciles». ¿Cómo reaccioné ante este conflicto? ¡¡Me sentí culpable!!: «No merezco todo esto… no ha sido difícil». Y como la creencia busca congruencia, las cosas se han vuelto más difíciles (aunque eso también es relativo, pero es tema de otro artículo)
¿Dónde lo aprendí?
En muchos lugares. De hecho, creo que es una creencia común, lo cual es muy curioso dado que mi propia experiencia me dictaba lo contrario. Recuerdo, por ejemplo, que la sociedad me «reprendía» por decir que las cosas eran fáciles: «Presumido», «Lo serán para ti», «No hagas menos a los demás», etc. hasta que terminé hablando el mismo lenguaje y callando lo que yo había aprendido.
¿Es verdad?
No. En realidad no sólo mi propia experiencia me dice que no es cierto, sino que ahora puedo ver que la parte de «difícil» es un juicio que imponemos a la realidad. La vida es, así de sencillo. Incluso la «complejidad» de una tarea puede ser placentera si así decides verlo.
¿Cómo sería mi vida si no lo creyera?
Me dejaría fluir. Haría las cosas que quiero hacer sin adicionarlas con carga emocional negativa, sin juicios sobre la dificultad (o castigos sobre la no dificultad) de la tarea. No me paralizaría ante una decisión. Simplemente las tomaría. De igual manera con lo que quiero hacer. Simplemente lo haría y ya.
¡Listo!… Ahora lo único que falta es hacer unos ejercicios para desactivar la creencia. Pero la primera parte, hacer consciente la creencia, ya está lista.
¡A lo que sigue!
Ayer haciendo los ejercicios de desactivación encontré otras historias por las cuales «aprendí» que la vida es difícil (y también esa respuesta de sentirme culpable):
-Come tu comida, ¿qué no ves que otros niños no tienen ni qué comer? (y frases similares)
-Algunas lecciones de la Biblia yo creo que malinterpretadas (por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa… yo no merezco ni que entres en mi casa… benditos los que sufren…)
E incluso el bienintencionado comentario de un profesor en la prepa: «a ti te pongo 7 con lo que a otros les pondría 9 porque sé que tu puedes dar más». Tal vez tenía razón en su comentario de que podía dar más, pero también hay implícita la lección de que «tienes que luchar para merecer».
Es muy interesante el darme cuenta cómo filtramos la información diferente, abre los ojos bastante, puesto que uno va por el camino pensando que todos filtran la información de la misma manera y claro que no es asi. La frase que dijo JACH de «no ves que hay niños que no tienen qué comer» puede ser procesada de diferentes maneras, por ello es importante darte cuenta de qué es lo que resuena con uno mismo o es parte de tu vida.
Por otro lado, eso de por mi culpa, por mi culpa, …. mmm.. la verdad estoy con JACH, eso de no sentirnos dignos, CARAY!, de ahi viene mucho de la baja autoestima de las personas, lo triste es que muchas de las oraciones hacen este tipo de afirmaciones – «Yo no soy digno de que entres a mi», «Gracias a Dios que nos dio de comer SIN MERECERNOLOS».
Yo por eso modifico mis oraciones 🙂
En un curso de energía, tuve la oportunidad de tener una mini sesión con una señora de Canadá, que al igual que yo era alumna de Donna Eden. Lo interesante de esto es que al hacerme unas pruebas de kinesiología emocional energética, una de las oraciónes que mi cuerpo no se creía era la siguiente «I’m worthy of the best love and live has to offer» (Soy merecedora de lo mejor que el amor y la vida tiene que ofrecerme).
Esto fue un choque emocional para mí porque racionalmente, yo me sentia que sí merezco amor, pero mi vibracón energética no estaba de acuerdo con lo que mis pensamientos decían.
A raiz de esto, he hecho esta prueba a varios de mis pacientes y la mayoría tiene este conflicto.
Para resolver esto en el cuerpo energético hice el siguiente ejercicio, al cual te invito a que lo hagas tu también:
Di 3 veces en voz alta, la oración anterior ya sea en ingles o en español (como mas resuene contigo) con la cara levantada y la mirada hacia abajo, después, repitelo 3 veces más en siliencio. Has esto 3 veces al día por 2 semanas. Notarás una clara diferencia en cómo percibes las cosas después de esto.
Hola Jach,
El trabajo de desactivación de creencias me resulta maravilloso y liberador.
De las cosas interesantes es darme cuenta que las creencias que para una persona son completamente «verdad», a otra no le afecta en lo más mínimo. Esto hace que este proceso sea muy ¨personal¨. Generalmente, sobre todo al principio, es de gran ayuda tener un facilitador. Es importante darse cuenta que realmente el proceso lo hace la persona (a veces guiada por alguien como comente anteriormente ) y nadie más puede hacerlo en su lugar. La persona va a ir tan adentro de sus creencias y percepciones como ella quiera y, aunque el facilitador puede ayudarla a ir un poco más profundo en esos momentos que sería más fácil parar, si la persona encuentra resistencia propia ella y no quiere continuar ella, en todo momento, tiene el poder de no seguir y parar el proceso.
Con esto quiero decir que la persona primero que nada tiene que estar dispuesta a cambiar la creencia, y trabajar como un detective en búsqueda de lo que para él (ella) es verdad en este momento, pero que no le ayuda en su vida, para después cuestionar su veracidad, buscar las raices, y así, como comentaba antes, muchas veces con ayuda de alguien, sumergirse en sus creencias y desactivar aquellas creencias que en este momento no son positivas para la persona.
En mi punto de vista el facilitador esta ahí para guiarte en el proceso y crear un espacio de sanación y de transformación para que la persona se sienta segura para sumerjirse en sus creencias, para crecer y evolucionar.
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Este hecho es una realidad que se ha manejado ancestralmente. Siempre me he opuesto y me opongo a pensar que no nos
merecemos lo mejor de la vida. Pero a la vez considero que sí, esta creencia ha dejado en mi su marca, aunque no lo quiera aceptar.
Recuerdo que recién casados nos invitó a comer la mamá de mi esposo, y ella al dar las gracias por los alimentos que íbamos a recibir dijo «Gracias a Dios que nos da de comer sin merecerlo». Yo nada diplomática, me rebelé y le dije «Yo si lo merezco» ese día había trabajado intensamente y por supuesto que lo merecía. Y todos los seres humanos lo merecemos. Erradiquemos ésta creencia, liberémonos.
Hello Jach, acabo de llegar a este blog y los felicito, es como si hubieran hecho ya todo lo que me gustaría hacer con mi blog, pero yo debo hacerlo en francés! Te cuento que también he trabajado esta creencia, también con Luis y leyendote me acordé de un momento en la universidad en la que fui casi agredida por uno de mis compañeros que se molestó mucho por que saqué 10/10 y no manifesté ninguna emoción…El estaba super excitado con su 8/10. Recuerdo que gritó mucho y que yo me «defendí» con ironía, pero no me había acordado que hasta ahora sentía verguenza por «humillar» y «menospreciar» a este chico al que lograr una buena nota le costaba «tanto trabajo» y vuelve y juega el no merezco, pero hoy sobretodo hoy sale el: «tengo que mostrar que lo he luchado» asi que rapidito un tapping antes de dormir y un gran beso para ti,para Klau y el Bernie!